POR STAFF
El Vaticano atraviesa un momento de transición tras el fallecimiento del papa Francisco el pasado 21 de abril, a los 88 años, a consecuencia de un derrame cerebral seguido de un paro cardíaco. La pérdida ocurrió poco después de que el pontífice impartiera la bendición “Urbi et Orbi” desde la Basílica de San Pedro durante el Domingo de Resurrección.
Con la sede papal vacante, el cardenal Kevin Joseph Farrell asumió como máxima autoridad temporal de la Iglesia Católica en calidad de camarlengo, conforme al protocolo eclesiástico establecido.
¿Quién es el cardenal Kevin Farrell?
Nacido en Dublín en 1947, Kevin Farrell se unió en su juventud a los Legionarios de Cristo, congregación fundada por Marcial Maciel. Años más tarde se desvinculó de esa orden y continuó su camino dentro de la Iglesia Católica por otras vías. Fue ordenado sacerdote en 1978 y, tras ejercer en México como capellán universitario, se trasladó a Estados Unidos, donde destacó en labores pastorales, sociales y administrativas dentro de la Arquidiócesis de Washington.
Con estudios en teología, filosofía y administración, Farrell construyó una carrera sólida que lo llevó a ocupar puestos clave: obispo de Dallas, prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, y presidente de comisiones vaticanas sobre temas financieros y legales. En 2019 fue nombrado camarlengo por el papa Francisco.
Su rol durante la Sede Vacante
Durante el período sin pontífice, el camarlengo tiene funciones específicas: confirmar el deceso del papa, asegurar sus dependencias, organizar sus funerales y preparar el cónclave para la elección del nuevo sucesor. Aunque no puede modificar aspectos doctrinales ni hacer nombramientos, su responsabilidad es garantizar que la maquinaria vaticana continúe funcionando.
También debe supervisar la administración financiera del Vaticano, solicitar informes económicos y asegurar que los protocolos sucesorios se cumplan con orden y discreción.
Con una trayectoria marcada por su cercanía al pueblo hispano, su habilidad para los idiomas (inglés, español, italiano y gaélico), y su experiencia diplomática y pastoral, el cardenal Farrell es hoy el encargado de liderar temporalmente a la Iglesia Católica, en espera de que los cardenales se reúnan para elegir al próximo pontífice.
